Fedón, o sobre el alma es un diálogo escrito por Platón alrededor del año 387 a.C. Es uno de los principales diálogos y más conocidos del filósofo griego. El tema principal versa sobre la inmortalidad del alma.
Sócrates, condenado a muerte por no creer en los Dioses y corromper en la juventud, filosofa en sus últimos días antes de ser ejecutado con cicuta sobre la naturaleza del alma y su permanencia en el más allá.
En el diálogo, en el que participan dos habitantes de Tebas como Cebes y Simmias, Sócrates se posiciona a favor de la inmortalidad del alma. Afirma que existe un más allá y allí irá el alma una vez fallecida la persona.
Está narrado desde el punto de vista de un discípulo de Sócrates, llamado Fedón, que acompaño al filósofo en su muerte. Fedón le relata ese diálogo de Sócrates al filósofo Ecócrates.
Los argumentos que ofrece Sócrates a favor de la inmortalidad del alma son:
Esta edición del libro Fedón está basada en la traducción de Patricio de Azcárate con origen en el portal filosofia.org.
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Añadido a la biblioteca el 26-07-2022
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Platón fue un filósofo griego originario de Atenas, en la Antigua Grecia. Es el fundador de la primera institución de educación superior del mu...
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—Porque es probable que sus almas entren en cuerpos de animales pacíficos y dulces, como las abejas, las avispas, las hormigas; o que vuelvan a ocupar cuerpos humanos, para formar hombres de bien
¿Qué dijo en sus últimos momentos y de qué manera murió? Te oiré con gusto, porque no tenemos a nadie que de Flionte vaya a Atenas; ni tampoco ha venido de Atenas ninguno que nos diera otras noticias acerca de este suceso, que la de que Sócrates había muerto después de haber bebido la cicuta. Nada más sabemos
Se abandonaba por entero a esta diversidad de emociones; y yo mismo no estaba menos turbado que todos los demás
Fedón, ¿estuviste tú mismo cerca de Sócrates el día que bebió la cicuta en la prisión, o sólo sabes de oídas lo que pasó?
—He aquí, Equecrates, cuál fue el fin de nuestro amigo, del hombre, podemos decirlo, que ha sido el mejor de cuantos hemos conocido en nuestro tiempo; y por otra parte, el más sabio, el más justo de todos los hombres