Descubre las mejores citas y frases del libro La caída de la Casa Usher escrito por Allan Poe, Edgar.
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En el más verde de los valles que habitan ángeles benéficos, erguíase un palacio lleno de majestad y hermosura. ¡Dominio del rey Pensamiento, allí se alzaba! Y nunca un serafín batió sus alas sobre cosa tan bella
Me ocurría a veces, en realidad, pensar que su mente, agitada sin tregua, estaba torturada por algún secreto opresor, cuya divulgación no tenía el valor para efectuar
¿No lo oyes? Sí, yo lo oigo y lo he oído. Mucho, mucho tiempo... muchos minutos, muchas horas, muchos días lo he oído, pero no me atrevía... ¡Ah, compadéceme, mísero de mí, desventurado! ¡No me atrevía... no me atrevía a hablar! ¡La encerramos viva en la tumba!
Era un gris día de otoño y el cielo estaba repleto de largas nubes negras. Todo el día había montado a caballo a través del campo llano e indiferente, pero por fin, cuando la oscuridad empezó a acechar, vi el fin de mi viaje
Y los viajeros, desde el valle, por las ventanas ahora rojas, ven vastas formas que se mueven en fantasmales discordancias, mientras, cual espectral torrente, por la pálida puerta sale una horrenda multitud que ríe… pues la sonrisa ha muerto
Y de rubíes y de perlas era la puerta del palacio, de donde como un río fluían, fluían centelleando, los Ecos, de gentil tarea: la de cantar con altas voces el genio y el ingenio de su rey soberano
Ahí, en frente de mí, estaba la casa de Usher. E inmediatamente -no sé por qué- un extraño sentimiento de profunda melancolía descendió sobre mí y me cubrió como una manta. Miré en la vieja casa con sus altos muros de piedra y angostas ventanas. Miré hacia la fina hierba seca y los viejos árboles agonizantes, una fría mano parecía tomar mi corazón
Había un lago junto a la casa, entonces monté a mi caballo hasta la orilla. Quizá desde aquí la casa no parecía tan triste, tan llena de tristeza. Miré en el espejo de agua oscura y volví a ver los ojos...
Amarillos pendones, sobre el techo flotaban, áureos y gloriosos (todo eso fue hace mucho, en los más viejos tiempos); y con la brisa que jugaba en tan gozosos días, por las almenas se expandía una fragancia alada
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Publicado: 20-04-2022
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