Cándido, o el optimismo es un cuento filosófico escrito por Voltaire en 1759.
La historia narra la vida del joven Cándido, el cual es acogido como discípulo por un filósofo llamado Pangloss. Este le enseña que todo sucede para bien en este mundo, el mejor de los mundos posibles, con un optimismo infinito.
Sin embargo, Cándido acaba aprendiendo que el mundo dista mucho de ser perfecto y que la felicidad no siempre está garantizada.
Cándido, aún habiéndose publicado por primera vez hace más de 250 años, sigue siendo una historia relevante y moderna. En un mundo en el que abundan las noticias negativas, es refrescante leer una historia que nos recuerda que las cosas siempre pueden ir a mejor.
"En la quinta del Señor baron de Tunderten-tronck, título de la Vesfalia, vivia un mancebo que habia dotado de la índole mas apacible naturaleza. Víase en su fisonomía su alma: tenia bastante sano juicio, y alma muy sensible; y por eso creo que le llamaban Candido. Sospechaban los criados antiguos de la casa, que era hijo de la hermana del señor baron, y de un honrado hidalgo, vecino suyo, con quien jamas consintió en casarse la doncella, visto que no podia probar arriba de setenta y un quarteles, porque la injuria de los tiempos habia acabado con el resto de su árbol genealógico".
Literatura y ficción > Ficción clásica
2 horas 0 minutos (36057 palabras)
Este libro electrónico está libre de restricciones de derechos de autor en España. Si no se encuentra en España, debe consultar las leyes locales para verificar que el contenido de este libro electrónico esté libre de restricciones de derechos de autor en el país en el que se encuentra antes de descargar este libro electrónico. Si está libre de restricciones, puedes descargar gratis Cándido, o el optimismo.
Sobre este libro
Añadido a la biblioteca el 02-08-2022
Se ha visto un total de 13523 veces
Tiene un total de 11785 descargas
Demostrado está, decía Pangloss, que no pueden ser las cosas de otro modo, porque habiéndose hecho todo con un fin, éste no puede menos de ser el mejor de los fines.
No hay efecto sin causa -respondió modestamente Cándido-; todo está encadenado necesariamente y ordenado para lo mejor
Y, pues, amado Pangloss -le dijo Cándido- cuando se vio usted ahorcado, disecado, molido a palos y remando en galeras, ¿pensaba que todo iba perfectamente?
Cándido, aterrado, sobrecogido, desesperado, ensangrentado, se decía: “Si éste es el mejor de los mundos posibles, ¿cómo serán los otros?"
-Mucho deseo -dijo Martín- que sea para la mayor felicidad de usted; pero lo dudo. -Es usted escéptico -replicó Cándido. -Porque he vivido -dijo Martí