Libro La muralla china en PDF, ePub

La muralla china es un relato escrito por Franz Kafka hacia 1917 y publicado póstumamente en 1930.

En él encontramos a un narrador que reflexiona sobre la construcción de la Gran Muralla y la describe como un proyecto levantado por tramos aislados, donde cuadrillas construyen pequeñas secciones que rara vez llegan a unirse.

A partir de esa imagen, Kafka indaga en la fragmentación del trabajo y en cómo las órdenes que descienden desde el centro del poder se vuelven difusas alrededor. La figura del emperador permanece lejana e inaccesible, percibida solo a través de rituales, rumores y jerarquías interminables, mientras los obreros cumplen su parte sin saber para qué sirve el conjunto.

El relato funciona como una parábola de la burocracia y la incomunicación: una sociedad que sostiene grandes empresas sobre la obediencia, el aislamiento de las tareas y un sentido de propósito delegado.

¿Sabías que...?

• Se publicó de forma póstuma: Aunque se escribió en 1917 y su primera aparición fue como fragmento en la revista judía alemana Der Morgen (agosto de 1930). Un año después Max Brod (junto a Hans-Joachim Schoeps) incluyó el relato en 1931 dentro del volumen Beim Bau der Chinesischen Mauer (La construcción de la muralla china).
• El título varía en español: puede encontrarse como La muralla china o La construcción de la muralla china, según la traducción.
• Comparte una parábola afín: “Un mensaje imperial” (1919) suele editarse junto o muy cerca de este relato por su tema del poder y la comunicación; fue publicado por separado en Un médico rural y aparece asociado en el volumen de 1931.
• Podemos leerlo gracias a la desobediencia de Max Brod, que no quemó los inéditos de Kafka —como el autor le pidió— y los editó tras su muerte.

"La Muralla China ha sido concluida en su punto más septentrional. La construcción avanzó desde el sudeste y el sudoeste, y aquí se unieron. Este sistema de construcción parcial se siguió también a pequeña escala dentro de los dos grandes ejércitos de trabajadores, el del Este y el del Oeste. Sucedía de tal modo que se formaban grupos de unos veinte trabajadores, los cuales tenían que levantar un muro parcial de unos quinientos metros de longitud; un grupo vecino construía entonces un muro de igual longitud a su encuentro. Pero una vez consumada la unión, la obra no continuaba al final de esos mil metros, sino que los grupos de trabajadores eran enviados de nuevo a regiones completamente distintas para proseguir la construcción. Naturalmente, de esta manera surgían muchas grandes lagunas, que solo se fueron rellenando lenta y paulatinamente; algunas, incluso, solo después de que la construcción de la muralla ya se hubiera proclamado como finalizada."